Editorial

A UN GRAN CORAZÓN NINGUNA INDIFERENCIA LO MANCILLA” 

La bondad es lo contrario a la maldad, al egoísmo, a la indiferencia que son negativas conductas que rompen la unidad y la esencia misma de la sociedad…  
Redacción RI

La bondad es considerada como uno de los grandes valores que podemos percibir en las demás y se manifiesta con nobles actos que, en distinta manera, hace viable la convivencia social buscando el bien común que nos humaniza, valor que se cultiva y deviene de los padres y lo fortalece los maestros… 

La bondad es lo contrario a la maldad, al egoísmo, a la indiferencia que son negativas conductas que rompen la unidad y la esencia misma de la sociedad…  

Esa voluntad firme hacia el bien y esa muestra de preocupación en la carencia de los demás se manifiestan desde el pensamiento, desde las emociones y se materializan en actos convirtiéndolos a la persona en ejemplo que genera alegría y confianza, porque quien busca el bien de nuestro prójimo, encontrará lo suyo.…  

 “A un gran corazón… ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa, ni el egoísmo lo denigra”, pues, el corazón de la persona benevolente enaltece el don de ser y, siempre, va adelante  

Ayer, nos llenó de emoción al informar (gratamente) el desprendimiento y solidaridad del ciudadano Antonio Menor Pérez, en su propósito de prestar botellas o balones a personas que necesitan oxígeno en estos momentos en que se hace difícil contar con estos objetos a causa del COVID… o como también recordar (con gratitud) el gran apoyo del Señor Jorge Roncal Díaz al Centro Médico COVID – Cutervo, donando colchones para implementar camas ante las apremiantes necesidades… Actos de bondad que solo dan las personas de corazón grande, que merecen nuestra gratitud y admiración. 

Más de una vez, hemos manifestado que, al margen de cualquier hecho particular que podría contraponer a nuestra buena convivencia social, está por encima la solidaridad, la unidad, hospitalidad y generosidad de nuestro pueblo que, con ese calor humano, muestra su sentimiento y magnanimidad en los momentos en que más se necesita… ejemplos tenemos muchos y nos llena de satisfacción ver cómo personas de nuestras campiñas y la ciudad proveen de algún producto básico o recursos económicos hacia los demás, dando de lo que tienen y no de lo que les sobra, de este modo, calmar – en algo – la preocupación en los cruciales momentos que su prójimo vive…  

Ese corazón fraterno y endilgado con quienes lo necesitan, es un claro mensaje de “cuidarse los unos a los otros” para poder sobrevivir ante el asedio de penosas situaciones, pues, “no hay cosa más grande que dar la vida por los demás”, como dijera San Juan (El Evangelista) que “no solo amemos con puras palabras y de los labios para afuera, sino de verdad y con hechos” …  

Entonces, ¿cómo no agradecer cuando un familiar o un amigo nos extiende su mano franca en los momentos en que el dolor nos asedia y nos consume en el lecho de un hospital o cuando no hay recursos para curarse o en la desgracia y que, anónimamente, promueve colectas para hacernos llegar? 

Estos hechos, como otros muchos más, nos inculca aplaudir con mucha admiración, su desprendimiento y su ejemplo son prédica de la virtud de hacer el bien y, a la vez, es llamado a las demás personas a quienes el destino le es favorable hagan lo mismo, dejen su indiferencia y su alma fría ante la adversidad, ante el dolor, el sufrimiento y duras situaciones en que padece el ser humano…  

La vida que acumula episodios que le dan singular estilo de vivirla, en ella (siempre) prima los sentimientos más excelsos que son actos nobles llenos de grandeza que merecen ser resaltados, no por ser heroicos, sino por la respuesta dada ante el infortunio de alguien que le deparó el destino, mucho más, en estos momentos duros que nos causa este aterrador virus que ha arrinconado a millones de peruanos dejándolos sin trabajo y en inusual preocupación…  

Los ejemplos dados, como muchos otros más, son hechos recíprocos que puntualizan nuestras buenas costumbres conservando la grata concepción de “hoy por mí, mañana por ti” y la admirable relación de cooperación como norma popular de “dar para recibir”, donde el honor y la dignidad prevalecen en su cumplimiento. 

Paradigmas que nos hace SOPESAR para expresar, de “qué vale ser rico en dinero cuando uno es pobre en corazón” y como dijera la científica polaca nacionalizada francesa Marie Curie “la mejor vida no es la más larga sino la más rica en las buenas acciones” … 

Estos sentimientos de solidaridad en estos momentos álgidos en que vivimos, nos conmueve y nos exhorta subrayarlos y sentirse orgullosos de vivir en un pueblo de corazón abierto y de mano franca que nos da valor y fuerza para superar cualquier revés que nos depara la vida…