Editorial

CUANDO UNA MALA PRAXIS MÉDICA TE DESTROZA LA VIDA

Nuestro editorial de hoy Lunes 12 de mayo
Redacción RI

Cuando una mala praxis médica te destroza la vida

La historia de Delsy Guevara Luvigis, una madre de 35 años del centro poblado Cabramayo en Cutervo, es un grito de dolor que resuena en el corazón de muchas familias peruanas. Lo que comenzó como un rutinario examen de Papanicolaou en el Centro de Salud de Chiple se convirtió en una tragedia: Delsy yace ahora postrada, enfrentando complicaciones que amenazan su vida. Su esposo, Edgar Valdivia, recurre a la solidaridad ciudadana para cubrir los gastos médicos, mientras el sistema de salud, que debería protegerla, parece haberle dado la espalda. Este caso no es un hecho aislado, sino un reflejo de una crisis más profunda: la mala praxis médica que destruye vidas y familias en el Perú.

Es necesario evaluar el trabajo del personal de salud, el trabajo de quienes laboran en un nado Centro de Asistencial…. Se está jugando con la vida de las personas, no es posible escuchar que se ofrecen preservativos o medicamentos inadecuados para un determinado tratamiento o acallar voces con pagos de 400 soles como se ha pretendido en el caso de las Sra. Delsy….¿Son establecimientos de salud o establecimientos de la muerte…? 

Este no es un hecho aislado. Es el reflejo de una crisis estructural en el sistema de salud peruano, donde la mala praxis médica se ha convertido en una amenaza constante y silenciosa. ¿Hasta cuándo vamos a normalizar que acudir a un centro de salud pueda convertirse en una sentencia de dolor, ruina o incluso muerte?

No solamente Chiple en Cutervo… En Piura, una madre y su bebé luchan por sobrevivir tras una presunta negligencia en una clínica local. En el Callao, Gloria Laura Tenorio perdió la vida por una perforación intestinal tras una operación de vesícula. Estos nombres se suman a una lista creciente de víctimas de errores médicos que podrían haberse evitado con profesionalismo, cuidado y protocolos estrictos. Cada caso es una herida abierta, no solo para quienes sufren el daño físico, sino para sus seres queridos, que enfrentan un calvario emocional y económico.

La negligencia médica trasciende el error humano; es un síntoma de un sistema de salud con fisuras profundas. La falta de supervisión adecuada, la formación insuficiente de algunos profesionales y la ausencia de protocolos claros de atención son factores que perpetúan estas tragedias. Además, las víctimas y sus familias se topan con un sistema judicial lento y desgastante. Aunque en Perú existen vías legales, como la penal y la civil, para denunciar la mala praxis, los procesos suelen prolongarse durante años, y las sanciones, cuando llegan, rara vez son proporcionales al daño causado.

El impacto de la mala praxis médica no se limita al dolor físico. Las familias quedan atrapadas en una espiral de deudas, abandono institucional y desesperanza. En el caso de la Sra. Delsy, la solidaridad ciudadana ha sido un paliativo, pero no una solución. Ninguna colecta puede reparar el daño de un sistema que falla en su deber más básico: proteger la vida.

Es hora de que las autoridades de salud asuman su responsabilidad. Urge implementar medidas concretas para prevenir la mala praxis médica: una formación médica continua y rigurosa, supervisión estricta del personal de salud, protocolos de atención claros y un sistema de rendición de cuentas transparente que sancione ejemplarmente a los responsables. Asimismo, se deben fortalecer los mecanismos de apoyo a las víctimas, garantizando acceso a justicia rápida y reparaciones justas.

La historia de Delsy Guevara y tantas otras víctimas no puede quedar en el olvido. Cada caso es un llamado a la acción para construir un sistema de salud que priorice la vida y la dignidad de las personas. No basta con lamentar las tragedias; es momento de actuar para que ninguna familia más tenga que vivir el infierno de una mala praxis médica.

Por: José Matta Guerrero 

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