Editorial

“ENCIERRO EN NUESTRO EGOÍSMO ATENTA CONTRA LA SALUD” 

De tal modo, que, no nos cansaremos en emitir nuestras opiniones en bien de la población que la concientización, la prevención y la sensibilización se conviertan en paradigmas que reviertan el grado de indolencia de un sector de la sociedad
Redacción RI

Tan pronto se reiniciara la actividades económicas, sosteníamos que para contrarrestar el coronavirus “solo, dependía de nosotros”, por lo que se exhortaba a la población a seguir cumpliendo las recomendaciones de protección de la salud con calma y con valor y se advertía las consecuencias que sufriría la población si persistía la conciencia endurecida de un sector que no escucha, no ve, ni siente todo lo que sucede en Cutervo y en el país y el mundo, pese que le pedíamos un momento de reflexión.   

Como, oportunamente, hemos mostrado nuestra gratitud eterna a la heroica labor del Personal de Salud, de nuestras RR CC, RR UU, Comunicadores Sociales, PNP, Ministerio Público, Serenazgo, entre otros, considerados, con justicia, como los guardianes de nuestra salud, porque su loable trabajo limitó, en alguna manera, el avance del coronavirus, ufanándonos de ser entre las provincias con menor número de contagiados y decesos. 

Pero, a penas, se levantó la cuarentena esta situación cambió notoriamente y aumento el número de ciudadanos irresponsables que, a diario, desacatan las normas establecidas, generando dolor, angustia y desesperanza en muchas familias, grupo irresponsable que no le importa su vida ni la de los demás…  

Es importante recalcar que, a la crisis sanitaria se une la crisis moral expresada, salvo raras excepciones, del mal ejemplo de políticos o autoridades que para ellos es normal mentir, abusar del poder, sacarle la vuelta a ley, entre otros deplorables actos que nos demuestran de cuerpo entero el colapso social y cultural. 

Todo lo que se hace en provincias es el fiel reflejo de Lima, donde nadie entiende, desafía abiertamente a la autoridad, jóvenes y adultos sin mascarilla en espacios reducidos bailan, beben y brindan con la muerte, patrocinan reuniones sociales, amicales y familiares con diverso motivo, pese al estado de emergencia, siendo estos espacios los nuevos focos infecciosos de mayor rapidez. 

Personal de Salud que tienen la responsabilidad de visitar a los mercados itinerantes de la zona urbana y rural de Cutervo, por citar otro ejemplo, denuncian que, en estos lugares vendedores y compradores, irresponsablemente, desarrollan sus actividades sin mascarillas ni el distanciamiento obligatorio.  

Estas situaciones, como tantas otras, demuestran las vivencias de personas encerradas en su egoísmo que les hace no creer en nadie, considerarse poderosas o las más bacanes, se hacen que ignoran el rol de las autoridades, no tienen respeto por la vida exponiendo la salud de su familia y amigos.  

De lo que se deduce que, la indolencia frente a las acciones de bien común y a las normas de convivencia es mal endémico en todos los estratos sociales, realidad que hace irrumpir la indignación ciudadana como un sentimiento moral o una natural protesta ante la desesperanza, la insensatez y el egoísmo. 

Es necesario subrayar que, todo ello, surge del grado de educación que se imparte en el hogar donde, supuestamente, hay padres de familia que no inculcan en sus hijos el respeto, la obediencia, la identidad con los sentimientos de los demás, etc. valores que deben ser fortalecidos en las instituciones educativas, siempre y cuando al maestro le devuelvan su dignidad y cuente con el amplio apoyo del Estado y la sociedad  

Por eso, en esta cruzada de hacer lo más conveniente que enfrente al mal, se necesita que el comportamiento y actitudes de todo ser humano se orienten a ser mejores personas, que considere que lo más precioso de la vida es cultivar el bien común, la sinceridad, el amor hacia los demás y otros grandes valores en un contexto de convivencia solidaria en aras a una sociedad mejor para todos.  

En el gran desafío de vencer al coronavirus tenemos que apelar a la suma de voluntades con la participación autoridades de todos los niveles y sectores públicos y privados y de la población orientada hacia una causa común y demostrar cuánto es en verdad lo que necesitamos los unos a los otros, en un claro mensaje de responsabilidad, respeto y solidaridad.  

De tal modo, que, no nos cansaremos en emitir nuestras opiniones en bien de la población que la concientización, la prevención y la sensibilización se conviertan en paradigmas que reviertan el grado de indolencia de un sector de la sociedad, pues, el ENCIERRO EN NUESTRO EGOÍSMO ATENTA CONTRA LA SALUD.