Editorial

HONREMOS LA EXCELSA LABOR DE SER MAESTRO… 

“FELIZ DÍA, MAESTRO”
Redacción RI

Hoy, es el Día del Maestro, homenaje que data desde 1953, cuando era presidente Manuel A. Odría, recordando a un día, como hoy, del año 1822, donde el libertador José de San Martín creó la Primera Escuela Normal de Varones.  

Este 6 de julio, se recuerda también:  49 años que surgió el SUTEP como necesidad histórica de los sectores clasistas del magisterio por su unidad y lucha en sus reivindicaciones sin hipotecar intereses ni renunciar a sus principios y convicciones. 

Hoy, honramos a la excelsa labor de nuestros maestros y maestras y, a la vez, demandamos al Estado y a la sociedad valorar su dignidad y respeto, pues es insuficiente los emocionados discursos y los retóricos elogios sino es deber reconocer sus verdaderos derechos. 

Expresamos nuestro reconocimiento a la noble generación de maestros y maestras que, por gajes del destino dejaron las aulas, pero sus sabias enseñanzas y su ejemplo perduran por siempre. 

En los momentos actuales, la crisis sanitaria empeorada por el COVID-19, afectó a más de 8 millones de estudiantes siendo un gran desafío donde la continuidad de la enseñanza-aprendizaje se convierte en reto para todos los docentes, quienes desde el inicio de la pandemia dirigen sus clases en circunstancias adversas, pero con la premisa que la educación no puede parar y se encamine a través de la virtualidad creando espacios de comunidades integradas y se enfrenten al gran desafío de este siglo que es la revolución digital y esto se logrará con sacrificio, empeño y creatividad. 

Esta cruel pandemia golpea con fuerza al magisterio y le hace vivir momentos de angustia y dolor, muchos maestros fueron víctimas de lamentables episodios, un buen número nos dejaron físicamente, se fueron en silencio, sin un adiós ni despedida, sin cumplir sus sueños, sin darnos la última mirada que nos suele prometer la vida, sin aquella palabra de dar cuenta del deber cumplido o de aquel que habría ser plasmado en el futuro… Expresamos nuestro justo y póstumo homenaje, “cuando un maestro muere, nunca muere”, su nombre, su lucha, su cariño, sus consejos y sus preocupaciones por enseñarnos el mejor camino de la vida, donde sus discípulos los tendrán en sus corazones y en su recuerdo eterno. 

Desde este informativo, valoramos al esfuerzo, trabajo y abnegación por forjar ciudadanos útiles a la Patria. Ellos y ellas son los mentores de la educación, esa digna profesión elegida con vocación de servir a los demás con paciencia y nobleza que, a pesar de las vicisitudes, luchan por una sociedad más humana y más solidaria con su sencillez que, siempre, los engrandece… 

Nadie desconocerá que son los arquitectos de un mundo nuevo, son como el sol que en las mañanas nos despierta, son la esperanza y el espíritu noble cuya luz enciende la dulce risa y la ternura en sus estudiantes donde su grandeza se radica, justamente, por ser activo y liberador del poder que nos oprime.   

Nuestros maestros y maestras son exploradores del futuro, son quienes nos ayudan a pensar, investigar y a sonreír, son ellos quienes nos enseñan a cultivar el arte y el talento motivándonos con fe y optimismo, son quienes nos invocan a mirar hacia adelante sin vacilaciones, son los de espíritu noble que con su ejemplo y dedicación exigen dignidad para los demás como elemento indiscutible que forja una patria nueva. 

“El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de Maestro de Escuela. Cuando la sociedad actual se sacude del egoísmo y de los prejuicios que paralizan sus más vitales funciones y cuando el maestro, de su parte, deje la rutina y se transforma en un LIDER SOCIAL, entonces el magisterio habrá sobrepasado en importancia a cualquier otra actividad humana”, decía el educador José Antonio Encinas, quien comprendió el rol de la carrera “más noble” y demás urgente necesidad en el país, que ser Maestro. 

Parafraseando lo que dijera Malala Yousafzai, una mujer pakistaní digna de admirar: “tomemos, nuestros libros, nuestros lápices, son nuestras armas poderosas… Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo” … en esa su lucha constante fulguran nuestros maestros y maestras, en una historia repleta de altruismo, coraje y valentía… 

Como resultado de tanta lucha, un maestro rural, está a punto de asumir el más alto cargo del país, ser presidente del Perú, con parlamentarios que la mitad son maestros, cuyo gobierno ha advertido crecer el presupuesto de educación en 10 % del PBI, tenemos la clara idea que al magisterio le ha llegado su hora de conducir los destinos del país, sin exclusiones ni corrupción.  

Maestros y maestros, construyamos un futuro donde nuestros sueños sean una realidad del mañana y con indiscutible razón enfaticemos que, “el maestro es ser ineludible de la humanidad, podemos prescindir de cualquier profesional, pero no al maestro por ser guía y ser quien siembra en la vida presente y recoge lo sembrado en la eternidad… 

“FELIZ DÍA, MAESTRO”