Editorial

LA CARRERA ELECTORAL: ENTRE LA ESPERANZA Y LA DESCONFIANZA

Editorial de hoy martes 2 de setiembre
Redacción RI

 #Editorial | LA CARRERA ELECTORAL: ENTRE LA ESPERANZA Y LA DESCONFIANZA

De todo como en botica. Esta expresión popular captura a la perfección el panorama caótico que marca el inicio de la carrera electoral en el Perú y, particularmente, en Cutervo. Aspirantes de toda índole emergen de las sombras: rostros frescos llenos de promesas idealistas, pero también figuras recicladas con trayectorias manchadas por escándalos de corrupción o simple ineficiencia. Muchos de ellos, en lugar de ver la política como un noble ejercicio de servicio público, la han transformado en un lucrativo negocio personal, un atajo para acumular riqueza, privilegios y poder a costa del erario público. ¿Cómo hemos llegado a este punto donde la ambición individual eclipsa el bien común? Esta pregunta nos obliga a reflexionar sobre las raíces profundas de nuestra democracia, que parece tambalearse entre la ilusión de un cambio genuino y la amarga realidad de la desconfianza crónica.

El Jurado Nacional de Elecciones ha oficializado que son 39 organizaciones políticas —36 partidos y 3 alianzas— las que compiten rumbo al 2026. Un número impresionante, sin duda, pero que oculta una verdad incómoda: la cantidad no equivale a calidad. ¿Cuántas de estas agrupaciones ofrecen propuestas viables, basadas en datos y análisis rigurosos, en lugar de slogans vacíos y populistas? La historia reciente del Perú nos brinda lecciones dolorosas. Recordemos los casos de gobiernos locales en Cutervo y otras provincias cajamarquinas, donde alcaldes electos con bombos y platillos terminaron envueltos en investigaciones por malversación de fondos o incumplimiento de obras prometidas. La improvisación reina: candidatos que emergen sin planes concretos, disfrazando su mediocridad con discursos emotivos que apelan al resentimiento social o a la nostalgia de un pasado idealizado. La corrupción, ese cáncer endémico, se camufla bajo promesas de "cambio radical" o "justicia social", seduciendo a un electorado fatigado por la pobreza y la desigualdad.

En este escenario, la responsabilidad no recae solo en los candidatos, sino en nosotros, los ciudadanos. Cada voto no es un mero trámite burocrático, sino un acto de respaldo o, peor aún, de complicidad con el statu quo. ¿Estamos dispuestos a perpetuar el ciclo de decepción, o seremos capaces de elevar nuestro criterio? La población debe armarse con herramientas para discernir entre los oportunistas que se sirven de la política y aquellos escasos líderes con vocación auténtica, dispuestos a servir desde ella. Basta ya de caer en las trampas de los improvisados, de esas figuras pintorescas que irrumpen en campaña con caravanas ruidosas, regalos clientelistas y selfies en mercados, solo para evaporarse una vez en el poder, dejando atrás comunidades olvidadas y presupuestos saqueados.

Cutervo y el Perú entero merecen un destino más promisorio, uno que no se construya sobre arenas movedizas de mentiras electorales. No lograremos esto mientras sigamos eligiendo a los mismos irresponsables que, con discursos populistas inflamados, se autoproclaman salvadores mesiánicos. Es imperativo desenmascarar a los charlatanes, a esas ovejas disfrazadas de corderos que hoy cortejan el voto con sonrisas hipócritas y obsequios baratos, pero mañana ignoran las necesidades del ciudadano de a pie: el agricultor que lucha contra la sequía, la madre que clama por salud digna o el joven que emigra en busca de oportunidades negadas.

La democracia, en esencia, es un derecho inalienable, pero también una obligación moral e intelectual. No se trata de votar por inercia o lealtad ciega a un color político, sino de elegir con conciencia plena, informada y reflexiva. La carrera electoral ya ha comenzado; ahora, el rumbo depende de nosotros. ¿Seguiremos atrapados en el círculo vicioso de la mala política, donde la esperanza se disuelve en cinismo? ¿O daremos un paso audaz hacia la construcción de un país y una provincia con un futuro más digno, equitativo y sostenible? La respuesta no está en los candidatos, sino en el espejo: en nuestra capacidad para transformarnos en guardianes activos de la república. Solo así, la desconfianza podrá ceder terreno a una esperanza fundada en la acción colectiva y la integridad.

Por: José Matta Guerrero

#RadioIlucán #Cutervo #Cajamarca