Editorial

¿LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON?… 

Pero no solamente, eso, su sueño le dio otra noticia de interés, ver como en sus barrios se solucionaba los problemas de aniegos y embalsamientos de agua donde sus moradores vivían satisfechos.   
Redacción RI

Por ahora, salimos del estilo característico de nuestro editorial para tener que narrarles una historieta basado peculiarmente en los sueños, aquellos que muchas veces se convierten en realidades; el sueño de aquel personaje símbolo del acontecer cotidiano que expone su opinión sobre aspectos muy importantes y trascendentales en el devenir histórico de nuestro país…  Su opinión, aunque Ud. no lo crea, llega a todos los estratos sociales, al rico y al pobre, al campo y a la ciudad y tiene ese don de mantener espíritu optimista en la ciudadanía, quizás esa, sea la razón de que se ha ganado un espacio en el corazón del pueblo. 

Ese genuino personaje, preocupado e indignado por la real situación social, cierta vez soñó sobre la difícil situación que atravesaba nuestra sociedad, aunque los sueños, sueños son, pero de todas maneras quedó muy ilusionado porque su sueño le daba “muy buenas noticias” que le llenaba de júbilo y emoción…  

Soñó que vino una tormenta, pero al poco tiempo calmó, como así es la ley física y el designio natural, junto a esta venía otra tormenta, pero esta vez, relacionada al acontecer político donde grupos de poder que seguían con su afán obstruccionista al gobierno, pero al poco tiempo, vino la calma y se convirtieron en sus cercanos colaboradores. 

En ese largo sueño tuvo la noticia que las leyes que rigen al país ya no lo hacían los delincuentes y las empresas que deben millonarias sumas de dinero al Estado formaban largas colas para pagar sus obligaciones. 

Cada segundo que pasaba su sueño se volvía muy intenso, como si fuera realidad, veía que, al parlamento, por orden del Ministerio de Salud, lo habían fumigado y las ratas corrían despavoridas; en el hemiciclo solo quedaron los honestos, los decentes, los de ética y de moral para defender, íntegramente, las causas del pueblo y fortalecer la alicaída democracia. 

En su delirio, también, tuvo otra halagadora noticia: los canales de TV dejaban de distorsionar la mentalidad humana y la mayoría de diarios capitalinos ya no estaban al servicio de la corrupción, dejaban la mermelería y la mezquindad para recuperar su credibilidad. 

Entonces, su sueño lo consideraba una obra maestra de la comedia como aquella metáfora que usan los políticos que no hacen sentir su presencia a la ciudadanía o como aquellos conductores que prometieron salir del país. 

En sus extravíos vio, al fin, que la mayoría de congresistas decidieron cambiar la constitución política y daban luz verde para convocar a una asamblea constituyente donde esa nueva carta magna impulse el cambio auténtico del modelo económico y del pacto social en beneficio de las mayorías nacionales. 

Soñó también que junto a las vacunas Pfizer, Sinopharm, AstraZeneca, llegaban otra vacuna para los idiotas, indolentes y egoístas que menoscaban las medidas sanitarias organizando fiestas sin importar la vida y la salud, mucho más el dolor y el sufrimiento ajeno.  

Tan seductor fue su sueño que le dijo (también) que en su pueblo no faltaba nada, se vivía  de las mil maravillas y que propios y extraños disfrutaban su generosidad y hospitalidad… ¡todo era paz y bienestar! 

Del mismo modo le daba otras atractivas noticias, como la culminación de su Hospital, culminar con sus carreteras, contar con una universidad autónoma, operatividad en sus servicios básicos, sus instituciones lejos de la corrupción y con su equipo de fútbol profesional en la Liga 1… 

Pero no solamente, eso, su sueño le dio otra noticia de interés, ver como en sus barrios se solucionaba los problemas de aniegos y embalsamientos de agua donde sus moradores vivían satisfechos.   

Al emblemático personaje, símbolo del sentir cotidiano, su sueño le abrumó de noticias halagadoras y buenas que faltaría espacio para narrar, pero conforme avanzaba el tiempo al despuntar el alba, se despertó, y se dio cuenta que todo lo soñado era una simple ilusión y un espejismo, y (como siempre) los sueños, sueños son… todo lo que acabamos de relatar, es la utopía de aquel alegórico actor que, dijo (a la vez) “si mantenemos vivos: nuestra esperanza, nuestro optimismo, nuestra unidad y lucha (algún día) estos grandiosos sueños se harán realidad.