Editorial

RENOVAR ESFUERZOS PARA ENFRENTAR LACRISIS Y LA ADVERSIDAD 

Los hospitales continúan con sus apremiantes necesidades, carecen de camas UCI y de oxígeno que se necesitan hoy más que nunca, esta penosa realidad nos indica que si nos enfermamos corremos el altísimo peligro de morir…  
Redacción RI

Los evidentes resultados de la pandemia nos obligan decir (frecuentemente) que estamos viviendo momentos raros y muy difíciles, tiempos tan duros que nos están poniendo (a toda prueba) el comportamiento de cada uno de nosotros y nos emplazan a tomar conciencia de nuestra realidad, de lo que se deduce que la insensibilidad, el desatino, el egoísmo o la desidia manifestados por un sector de la población deben quedar de lado. 

Es imperioso, entonces, procurar que la resistencia y la solidaridad no se deterioren por la falta de práctica de los valores, como el respeto, obediencia y disciplina, por esta razón, debemos cumplir todas las medidas sanitarias, cuidar nuestra vida y no exponernos por ningún motivo. 

El personal de salud nos recomienda el indispensable uso de doble mascarilla para protegernos, como también, evitar la automedicación por ser peligrosa ya que está cobrando la vida de numerosas personas. 

Estas invocaciones se entienden como un mensaje de “autocuidado”, de “salvarnos cada uno”, porque pese al tiempo transcurrido que llegó la pandemia al país no hemos aprendido nada, no se puede negar que ha dejado a nuestro precario sistema de salud en estado muy crítico y ha sacado a la luz las graves fallas de los continuos gobiernos que desatendieron y mutilaron a la salud pública y lo pusieron contra las cuerdas, pese a los reclamos de sus trabajadores.  

Los hospitales continúan con sus apremiantes necesidades, carecen de camas UCI y de oxígeno que se necesitan hoy más que nunca, esta penosa realidad nos indica que si nos enfermamos corremos el altísimo peligro de morir…  

Ahora, depende de todos nosotros porque la situación se torna incontrolable y da la idea de que el Gobierno no tuvo una adecuada respuesta para enfrentarlo al mal y optó por levantar la cuarentena disponiendo restricciones específicas para las provincias consideradas en alerta extrema, nivel muy alto y alto, con la premisa que, en estos momentos, ya no hay ninguna zona que esté en riesgo moderado…  

Según el gobierno, la decisión asumida es el resultado al haber observado la disminución en el número de nuevos casos de contagio y de fallecimientos en comparación con la semana pasada, datos que no pueden ser definitivos, sino una importante referencia, pero lo cierto está, en que las decisiones tomadas han buscado un equilibrio entre la salud y la economía de las personas.   

Ha llegado el tiempo de cuidarnos solos, todo depende de nosotros y tenemos que reconocer que hubo muchos desatinos de los que debemos aprender y sería un craso error seguir arruinándonos la vida solo recordando hechos negativos que, al final, no tienen futuro, por consiguiente, invocamos a quienes aún tienen la conciencia dura meditar de esta realidad porque justo al frente está el COVID, una enfermedad tan dura y tan letal, de manera que, es muy indignante  que la desobediencia a las reglas sanitarias por un sector de la población se convierta en burla el dolor y las lágrimas de un hijo, de un padre o una madre cuando pierde a un ser querido.  

Es momento de sacar, como seres humanos, las enseñanzas básicas de esta crisis donde se evidencia la importancia que tiene la vida y la salud, y la principal lección será que tenemos que cambiar con respuestas objetivas y claras donde estemos comprometidos todos, autoridades y población. 

La llegada del COVID ha afectado considerablemente la vida de todos, en mayor grado, a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, ellos tienen que bregar el confinamiento con sentimientos de angustia y depresión donde su percepción del futuro también se ha visto afectada de manera negativa… esta realidad hace que ellos esperen con ansia el retorno presencial a sus clases escolares, todo será posible si contribuimos a combatir el mal y no seguir en lo mismo o quizás en lo peor, tenemos que sumar esfuerzos para garantizarles sus derechos a vivir sanamente, al acceso a la educación como su bien mayor, a ser protegidos, etc. 

En consecuencia, tenemos una nueva oportunidad para rectificarnos y responder a la crisis y a la adversidad con optimismo y confianza, con el valor que tiene el bien común, con responsabilidad, con solidaridad porque nadie puede responder solo contra este mal, en nuestras manos está el haber aprendido la lección, es hora de decisiones necesarias y firmes para desafiar este contexto complejo y desigual.