Editorial

UN “MEA CULPA” ANTE MENTIRAS Y MECIDAS 

Las mentiras y mecidas es falta de respeto, mucho más, a un pueblo que lucha y se sacrifica por mejor porvenir….. ​​​​​​​
Redacción RI

La rápida diseminación de la pandemia del coronavirus es un tema preocupante, representa uno de los peores acontecimientos de nuestra historia por su impacto en la población, produce una enorme brecha abismal entre una minoría privilegiada y las grandes mayorías o sectores desfavorecidos que tienen escasos recursos para el tratamiento y lucha contra la enfermedad, pues, nadie la esperaba y nadie estaba preparado para enfrentarlo.  

Los hospitales del MINSA, ESSALUD y demás centros de salud, ya no tienen espacio para atender a más pacientes, carecen de personal especializado, equipamiento, medicamentos, oxígeno y otras urgentes necesidades. 

La región Cajamarca, que hasta hace poco fue ejemplo del impedimento al avance del coronavirus, ahora, está golpeada fuertemente, hay episodios escalofriantes, sus hospitales ya no da para más, la propagación del virus se ha vuelto incontrolable…  

El Personal de Salud de todas sus provincias cuestiona la indolencia de las autoridades del sector por su inoperancia, incapacidad, debido que sus medidas llegaron tarde, en algunos lugares son mínimas y, en otros, aún no hay nada… Aduce que no aprovecharon el tiempo que se les concedió el virus para prepararse… Esta apatía tiene alto precio y se está pagando con el aumento de contagiados y la pérdida de valiosas vidas humanas.  

A la parsimoniosa administrativa se suma el movimiento migratorio de las personas que al quedarse sin trabajo regresaron a su tierra por más que durante la cuarentena fuera controlado por la PNP con la importante colaboración de las RR CC y RR UU, quienes expusieron sus vidas, pese a no tener apoyo adecuado y la orientaron debida para intervenir a las personas.  

En la actualidad hay personas van y vienen, en unos casos, portan una declaración jurada que indica no estar infectadas, documento que no garantiza el hecho y, en otros, viajan sin esta manifestación, ambos casos, limitan toda clase de control. 

En esta caótica situación está, también, la reapertura de las actividades económicas donde las personas salieron, masivamente, a las calles y centros de trabajo a laborar sin cumplir con el distanciamiento social como, también, hubo un sector irresponsable que no obedeció a cabalidad la cuarentena hasta promovió reuniones amicales, sociales, etc. 

Desde estas tres últimas décadas, aproximadamente, el orden, la disciplina y el respeto han ido decayendo, en el Perú, a diferencia de otros países, se acentúa la cultura de la desobediencia que permite el desacato de las medidas establecidas que, supuestamente, por motivos económicos, sociales y la falta de práctica de los valores, da la sensación que “todo se toma por broma” y la ola de casos positivos va subiendo con saldos muy lamentables.  

Las autoridades del sector en sus declaraciones maquillan esta triste realidad dando a conocer aparentes éxitos, no dicen la verdad ni siquiera hacen “un mea culpa” por sus fallas y están perdiendo credibilidad y confianza de la población… Las crisis se afrontan, sobre todo, diciendo la verdad con sinceridad y coraje y no con medias tintas y mecidas que genera indignación.  

Es cierto que, “ahora, todo depende de nosotros”, pero eso no es motivo que se merme obligaciones en estos momentos difíciles… Del Comando Provincial COVID – 19 y de la DISA no se conoce al detalle las acciones o estrategias que están considerando para contrarrestar el avance del virus, sin embargo, con persistencia se escucha incapacidad de gastos, se sigue con el hostigamiento al personal de salud resquebrajando el clima laboral, hay necesidad de contrato de personal médico, enfermeras, técnicos enfermeros, se reclama que el personal CAS pase a laborar al Centro COVID, continua la desprotección del personal, etc. 

Mientras que en otras provincias se programa las visitas, casa por casa, para identificar casos positivos y proveerles de tratamiento médico, en Cutervo, pese que hay lugares con incidencia, se carece de pruebas masivas, como “si no pasara nada”. 

Si durante la cuarentena funcionaban cantinas clandestinas, ahora, ya tienen pase libre convirtiéndose en focos infecciosos junto a los mercados, transporte interprovincial y otros lugares públicos por la afluencia de usuarios y el silencio y complacencia de las autoridades competentes, causa sospecha e impaciencia.   

Cualquiera puede decir que el tema de la pandemia es un tema trillado, no es así, la salud está de por medio y, es muy triste ver a personas contagiadas y, peor aún, cuando se pierde un ser querido, debido a la negligencia institucional, por lo que, se recomienda a quién carece de capacidad, interés y decisión por abordar este espinoso problema, decentemente es preferible, dejar la posta a otra persona que pueda afrontarlo con coraje, disposición y con atinadas medidas, pues las mentiras y mecidas es falta de respeto, mucho más, a un pueblo que lucha y se sacrifica por mejor porvenir…..